sábado, 15 de diciembre de 2007

Tango que me hiciste mal (y sin embargo te quiero)

El Tango, como buen argentino que es, alberga profundamente en sus letras y melodías ese tono nostálgico que le da su impronta. Caben en sus acordes y su lírica todo un sinfín de descripciones en donde lo sensible saca pecho y banca la parada. Historias de guapos y compadritos peinados a la gomina que, a la hora de abrirse a las emociones, sacan patente sentimental y se muestran tan vulnerables como tiernos.

Para muestra basta con un botón. El tango "Uno", cuya música creada por Mariano Mores tuvo que esperar por demasiados meses el aporte de quien fuera uno de los más importantes referentes en el campo de las letras, Enrique Santos Discépolo, constituye a mi insano juicio, una de las mejores composiciones que podemos hallar en este género musical. Y si nos vanagloriamos de que el tango nos caracteriza, este tango, en particular, nos distingue tanto como el dulce de leche y el colectivo.



UNO


Uno busca lleno de esperanzas
el camino que los sueños
prometieron a sus ansias.
Sabe que la lucha es cruel y es mucha
pero lucha y se desangra
por la fe que lo empecina...
Uno va arrastrándose entre espinas
y en su afán de dar su amor,
sufre y se destroza hasta entender
que uno se ha quedao sin corazón...
Precio de castigo que uno entrega
por un beso que no llega
a un amor que lo engañó...
¡Vacío ya de amar y de llorar
tanta traición!
Si yo tuviera el corazón...
(El corazón que di...)
Si yo pudiera como ayer
querer sin presentir...
Es posible que a tus ojos
que me gritan tu cariño
los cerrara con mis besos...
Sin pensar que eran como esos
otros ojos, los perversos,
los que hundieron mi vivir.
Si yo tuviera el corazón...
(El mismo que perdí...)
Si olvidara a la que ayer
lo destrozó y... pudiera amarte...
me abrazaría a tu ilusión
para llorar tu amor...
Pero, Dios te trajo a mi destino
sin pensar que ya es muy tarde
y no sabré cómo quererte...
Déjame que llore como aquel
sufre en vida la tortura
de llorar su propia muerte...
Pura como sos, habrías salvado
mi esperanza con tu amor...
Uno está tan solo en su dolor...
Uno está tan ciego en su penar....
Pero un frío cruel que es peor que el odio
-punto muerto de las almas,
tumba horrenda de mi amor-
maldijo para siempre y me robó...
toda ilusión...
Si yo tuviera el corazón...

(Enrique Santos Discépolo-Uno)

Escuchemos una versión del tango, en voz femenina, de fondo, y bailada por Jorge Aravena Llanca y su hija. Que lo disfruten.
Georgie

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