viernes, 25 de enero de 2008

Viviendo con el enemigo

Clarita supo, tiempo después, que se había casado con el enemigo. Por supuesto que se enteró tarde. Como casi todos...


-Se ha comunicado al celular de Julio Turris. Después de la señal deje su mensaje y lo llamaré a la brevedad...PIP.

-Mi amor, soy yo... Llamame cuando puedas...

Y mientras tanto, Julito estaba en un telo, matándose con una morocha que rajaba la tierra. De su adorable esposa, ni se acordaba. Y no es cuestión de preguntarse ahora las causas que pueden generar una infidelidad. Que las puede haber? Mmm...

El infiel, de por sí, trae consigo un bagaje de cosas que alientan este tipo de conductas. Buscar una justificación dentro de su entorno marital, puede resultar tan ambiguo, como vano. Preguntémosle a Julito...

-Sabés lo que pasa, hermano? Quiero sentirme pendejo de vuelta. Que la adrenalina me llegue a todos los rincones del cuerpo. Y con mi mujer no siento eso. Por eso lo busco afuera. Y la calle está llena de atorrantitas que me vienen como anillo al dedo. Culpas? No, no tengo. Ella es una buena mina, pero si no se entera...

Y Clarita estaba muy lejos de enterarse. La casa, los chicos y su disposición hacia su marido, la tenían demasiado ocupada...

Hasta que un día...

-Sentate, hija. Con tu padre lo hemos charlado bastante. Y dudamos muchísimo en saber a ciencia cierta si teníamos que contártelo... Pero decidimos que vos tenías que saberlo... Julio está haciendo cosas que no debe...

-De qué hablan?

-Sale con mujeres...

Y el mundo perfecto, ése por el que tanto luchó, y se postergó, empezaba a derrumbarse. Pero estarían en lo cierto? Cómo lo descubrieron? El proceso de negación, natural, comenzaba a manifestarse. Como el último manotazo del ahogado...

-Están seguros?

-Sí, hija. Lamentablemente, sí.

-No puedo creerlo...

Y los papis, después de soltar la bomba, volvieron a su casa. Muy preocupados, por cierto. Pero esa noche, dormían bajo distinto techo que el de Clarita. Y ella, solita, debía luchar contra la más fea. Cómo encarar el tema, la llenaba de angustia.

Julio llegó a su casa por la noche, minutos antes de la hora de cenar. Por supuesto, la mesa estaba dispuesta, y la cena, a punto. Notó que su esposa estaba un tanto nerviosa, pero prefirió no preguntar nada. Sólo se limitó a sentarse frente a la tele, no sin antes advertir a sus hijos que no hicieran mucho ruido, para poder escuchar las noticias. En una tanda, preguntó:

-Todo bien, Clari?

-Sí. Está rico el pollo?

-Sí, como siempre... Pasó algo?

-Por?

-No sé... estás callada...

-Después hablamos...

Por dentro, Clara explotaba. Pero no quería llamar la atención. Los chicos en la mesa, insinuaban que era mejor no despertar ningún tipo de actitud que llamara la atención. Faltaba poquito para acostarlos, y por prudencia, había decidido demorar el asunto hasta que estuvieran dormidos. Por suerte para su ansiedad y angustia, esa noche los acostó algo más temprano que de costumbre.

Volvió a la mesa. Julio seguía allí, ahora mirando el partido.

-Querés un café?

-Uy, sí...dale...

Preparó una jarra entera. La llevó a la mesa, con dos pocillos.

-Tenemos que hablar, Julio.
-Ahora?

-Sí... Me enteré, Julio. No me lo niegues. Te vieron salir de un hotel...estabas acompañado de una mujer...

-Pero...estás loca? Quién te dijo semejante boludez..?

-No agraves más la cosa con otra mentira... Quién es..?

Clara no podía creer todavía cómo lograba mantener esa calma. Toda su estructura se estaba cayendo a pedazos. Por dentro, estaba hecha pelota, y todavía, podía contener toda la indignación y la furia...

-Mirá...no sé lo que te contaron... No podés hacer caso de las barbaridades que la gente...

Julio no pudo terminar su defensa. La mirada de Clara lo desintegró. De pronto su sumisa esposa, la que no mataba una mosca, se había convertido en una fiera, acorralada y peligrosa. Una fiera que estaba dispuesta a sacarle los ojos, si fuera necesario. Sin decir una sola palabra más, Clara se había adueñado de la situación. No es que disfrutaba de su nueva condición. Al contrario, la padecía. Y mucho. Pero, por primera vez en la vida, sintió como que tenía un cierto poder. Un poder nuevo que invitaba a ejercerlo...

-Mirá...no me digas nada. No quiero que me cuentes más. Sólo prometeme que vas a dejar todo... Que vas a volver a ser el de antes... Y no pudo continuar. Sus lágrimas se lo impidieron.

Y en un abrir y cerrar de ojos, le devolvió a Julio el control de la situación. Quien, sabedor de todo lo que se ponía en juego, puso la mejor cara de poker, y prometió, de acá en más, olvidarse de sus andanzas.

Y era lógico que todo resultase así. Clara, en su debilidad, demostró que no estaba preparada para hacerse cargo. Ni de ella misma.

Y Julito... Para qué vamos a perder tiempo en explicarlo? Durante un par de meses se convirtió en el ídolo de las abuelas. Atento, compañero, buen padre con los chicos... Una pinturita. Y fue así hasta que una tarde, Clarita lo llamó al celular para pedirle que pasara por la ferretería a comprar unos cueritos para las canillas del baño...

-Se ha comunicado al celular de Julio Turris. Después de la señal deje su mensaje y lo llamaré a la brevedad...PIP.

Georgie

20 comentarios:

Stella dijo...

Qué te puedo decir, aparte de que está muy bien escrito como siempre?

Pobre Clarita! Cada una reacciona como puede!

No puedo decir mas, aún duele!

Besote

Anónimo dijo...

Georgie,

Abordaste el tema de una forma muy amena y totalmente natural, como podría pasar en cualquier pareja.
Son tan compradores los hombres como él! pero los más inestables, según mi punto de vista.
Hay quienes no pueden dejar de ser infieles y siguen de todas maneras con su matrimonio, y la mujer acepta de alguna manera, ese deslíz.
Preguntame qué haría yo en ese caso...
Te ayudo: "a ver querido, vaya poniendo su ropita en la valija y..."

Muy bueno, lo felicito amigo.

PD.: Yo los cuido con Blem.

Nadie dijo...

Ay .... ¡tan bien contado que me dieron ganas de llorar con Clarita!

Los sres. y sras. Turris (porque las mujeres no se quedan atrás) no tienen claro a quien quieren porque no quieren a nadie. Lo único que les preocupa es SU PROPIO bienenestar. Las personas son útiles en tanto y en cuanto sirvan a sus necesidades personales: una buena mujer para que le lave la ropa y crie a los hijos y una amante para llevar a la cama. Las quieren a ambas, obvio, porque ambas "le sirven". La mujer debe ser sumisa, porque si jode corre el riesgo de ser dejada por no cumplir con lo requerido por Don Turris, y la amante no deberá enamorarse y empezar a exigir cosas, porque locas hay a patadas (según en criterio de este buen señor).
Generalmente, terminan enamoradísimos de una "loca" inteligente, que los dejará sin los ahorros de toda la vida y llorando en la puerta de Clarita.
Y la verdad ... se lo merecen.

Clarita ... ¡no le abras!

Georgie dijo...

Stella,
Hay silencios que dicen más que mil palabras...
No quise "escarbar", sólo mostrar un costado oscuro de una realidad que jode.
Pasará...

Marce,
Tu actitud, y doy fe porque así lo hiciste, creo es la más saludable...
Ahora, lo del Blem...no lo entendí.
Conservás los porta-retratos? Se requiere pronta aclaración.
Bah...si querés.
Un beso.

Nadie,
Creo interpretar a dónde quisiste ir con tu comentario. Cuando uno convive con otra persona, tienen proyectos conjuntos. Eso es una pareja.
Hay otros casos de personas que viven bajo el mismo techo, pero con horizontes individuales. Viene a ser un "sigo con vos, porque me conviene a mí". Yo, antes que eso, prefiero abrirme. Si no me siento en condiciones de la primera opción, doy un paso al costado. No es cuestión de joderle la vida a un inocente, y sólo por comodidad.
Otro beso.

Nadie dijo...

Claro! Ese es el punto, Georgie.

Si mi pareja se enamora de otra mujer, me lo plantea y me deja ... yo me enojaría, putearía, lloraría ... y a la larga lo perdonaría. Esas cosas pasan y no lo convierten en un HDP. Aclaro, no volvería con él, pero podría tener un trato amable y recordarlo con cierto cariño después de un tiempo.
Ahora, si mi pareja me engaña, sale con otras mujeres, y después vuelve a casa a comer y bañarse, como si nada ... es un desgraciado.
Ese tipo de infieles te mantienen en el engaño por comodidad. Esos son los que no quieren a nadie.

Ahora, es interesante el punto que toca Marce. ¿Por qué las mujeres perdonan el desliz?
Generalmente no son ni siquiera disimulados.

Anónimo dijo...

Los cuernos...ja

Nadie dijo...

Perdón, che. Volví. Me quedé dando vueltas sobre el asunto. A veces me pasa :)

Los perdonan porque los aman y le creen que nunca más. Supongo.

Aunque también me acordé de una Clarita real, amiga mía, que vuelve con él para hacerla reventar a ella (la amante).

Georgie dijo...

Nadie,
No sé... Si a mí me pasara (que me sean infiel), nunca podría volver a confiar. Estaría como medio paranoico, pensando en que me la van a volver a poner...

Marce,
Cómo me hiciste reir! Y yo que pensaba en los porta-retratos...
Qué bolú..!

Nadie dijo...

Si a mi me pasara lo pongo en órbita en medio segundo del patadón!!!! :)

Anónimo dijo...

Pensé que te habías dado cuenta! ja

Yo opino igual que Nadie. Una patadita y a otra cosa.
He llorado pero me duró poco. Pensaba: ¿vale la pena llorar por un hombre así? definitivamente no.
Y a otra cosa. Ha engañado años a su antigua novia, ¿Por qué no engañarme a mí también? y me pasó.

Por suerte me dí cuenta que existen los verdaderos hombres que buscan relaciones serias y comprometidas, que no andan engañando a sus mujeres. Que encuentran en SU propia mujer absolutamente todo: el compañerismo, la amistad, las sonrisas, los silencios. La aventura, la pasión y los besos desmedidos. La piel, el contacto, el abrazo, la contención...

Creo en el amor de pareja, el que se sostiene cotidianamente aún, en momentos muy difíciles.

¿Sirve engañar? no. Y no sólo se perjudica el que engaña, sino que lastima a quienes están a su alrededor.
Muchos regresan con culpa y se deshacen en regalos y palabras que se evaporan enseguida. Y están las mujeres que perdonan una y otra vez...y lo siguen haciendo.
Yo no. Me quiero mucho y me valoro.


Me extendí? perdón!

Anónimo dijo...

ahhh y me olvidaba que estos hombres se jactan de sus aventuras.

JEJEJE...loco, qué macho soy!

Como si eso fuera a hacerlo más hombre...¡por favor!

Ahora sí me retiro.
Le debo una respuesta, amigo, pero no contesté por no saber todavía la decisión final.

Georgie dijo...

Los hombres disfrutamos dos veces: cuando gozamos, y cuando lo contamos.

Esto va como BONUS TRACK.

Isla desierta. Dos sobrevivientes de un naufragio. Hombre y mujer, que previamente no se conocían. Pasan los meses, el tipo desesperado por bajarle la caña, y ella que no, que na, que ni, hasta que un día accede a los deseos del fulano, y tienen sexo. Brillante. Majestuoso.
Terminan, y el tipo le dice:
-Te puedo pedir un favor?
-Dale.
-Ponete mi ropa.
La mina se calza los pantalones, la camisa, los zapatos.
-Tirate el pelo bien para atrás, así...eso. Ponete la gorra. Bárbaro...ahora te pinto los bigotes...listo.
-Así estoy bien?
-Estás fenómeno...te puedo llamar Carlos?
-Eh? Bueno...si querés...
-Carlitos...no te imaginás el minón que me acabo de voltear...
-

©Claudia Isabel dijo...

Georgie, yo a Turris le hago lo mismo que hizo Yiya Murano con sus amigas...agarro el pollito y le meto bastante raticida!!! a la mierda!!!
Te dejo un té servido georgie...lo podés tomar después de comerte unas patitas de pollo que cociné justamente para Turris...
Besitos.

Stella dijo...

ajajajajja me encantó el BONUS TRACK

Gracias!
Besitoo

Georgie dijo...

Bienvenida, Yiya.
Muy rico el pollito, y exquisito el té. Tenían un sabor especial...Qué les puso?

Ayyy! Qué dolor de panza! Esto me pasa por glotón...

Stellita,
De no ser por los retorcijones, te contaría otro...
Uyyy!

WILHEMINA QUEEN dijo...

Pobre Clarita! me dio bronca, la verdad!
Requeterebiencontado Georgie! Con una dinámica genial, bien rápido, conciso! me encantó.

Yo no sé .. opino como Stella: cada quien reacciona como puede.
Todos somos muy diferentes.

Marce es absoutamente rápida para definir. No da respiro, ni orpotunidad.

Nadie me parece que mete a todos los gatos en la misma bolsa. Yo no le abriría, consejo que le da a Clarita. Pero no sería tan drástica en la calificación/clasificación de gatos (entiéndase gatos como hombres/mujeres)

Habría que ver si los perdonan porque los aman o porque les conviene. A veces la infidelidad se torna en una cuestión de comodidad para la/el cornudo. ¿Me explico?

Lo de Yiya sería genial si no te descubren. jajajaj


en fin, hay mucha tela para cortar
saludos pa todo el mundo!

Stella dijo...

A mi me supieron ser infiel, ya de esto mucho tiempo atrás.
Estoy divorciada, el tiempo ha pasado y supe perdonar.
Lo que no puedo es sacarme ese saborcito amargo que me quedó en el alma.
No quiero decir con esto que me amargó la vida, ni mucho menos. la vida sigue y no todos los hombres, en mi caso hombres, son iguales.
Pero si, me arruinó los recuerdos de una vida que podría haber sido casi perfecta!

Pero bueno, a esta edad, uno ya aprendió que nada es perfecto!!
Y yo puedo vivir con eso!

En fin..

Besitos a todos!!

Georgie dijo...

Lo que Stella cuenta como sabor amargo, es lo que me impediría, en mi caso, perdonar.
Porque después de un tiempo, podés a volver a hablar con la persona que te corneó (y más si tenés hijos en común...es necesario tener una relación). Ahora de re-hacer la pareja con quien te fué infiel...mmm...lo veo difícil.

Saludos!

Anónimo dijo...

LA CANDOROSA dice:

Para evitar a los Julios Turris, señoras, ¡¡nada mejor que vivir solas con sus hijos!!... además claro, de tener un buen abogado que les organice ¡¡¡el régimen de visitas y la cuota alimentaria!!! (?).

A veces suena dolorosa la solución, pero las opciones son así.

Saludos y un gusto.
(Lo suyo, una joyita, ¡¡¡sepaló!!!).

Georgie dijo...

Sabés, Cando, que sí.
Yo le propuse a mi vieja que viviéramos juntos, total, con su jubilación tiraríamos. Pero no se dejó estar con la respuesta:

-Y con el viejo qué hacemos?

Con lo que me dió a entender, que, indefectiblemente, deberé seguir buscando una mina que me mantenga...

Toda una vida criándote, y después te largan duro... Viejas modernas..!