sábado, 12 de enero de 2008

Amores arrebatados

Satisfecho. Así me siento hoy. Miserable, también. Pero contento con el trabajito hecho. Fué mi primer experiencia en estas lides, y seguro la última. Que uno nunca sabe? Seguro. En mi análisis final, para mi descargo, alegaré emoción violenta. O defensa propia. Cómo estarás sintiéndote ahora? Me tiene sin cuidado. Te lo ganaste, con creces.

Yo había estacionado la moto frente a la plaza. El día, radiante, invitaba a tomar sol. Los lentes oscuros, el casco y la campera prestada me daban el anonimato deseado. Era un mediodía pleno, en un pueblo suburbano pujante. Alrededor de la plaza los parroquianos iban, venían y volvían. La confitería de enfrente rebosaba de pueblerinos ávidos de ser observados. Las mesitas de la vereda estaban completas. Adentro, sólo se veían una o dos vacías. Y desde mi posición podía ver todo. A los que estaban y los que habían estado. La iglesia, la municipalidad, el Banco Provincia, dos inmobiliarias, un salón de fiestas infantiles, la fábrica de pastas, la librería. Y a vos...en el momento justo.

Saliste radiante del banco. Orgullosa y altaneramente radiante. Él te acompañaba, como un perrito faldero. Como un sucio perro faldero que desentona completamente con su bella dueña. Debo confesar que cuando te ví aparecer, dudé. Pero estaba demasiado herido como para olvidar. Y tenés que admitir que me subestimaste. Te creíste tan convencida de tu poder, tan irresponsablemente impune... Pienso que jamás llegaste a sospechar que esa moto que se dirigía a tal velocidad podía llegar a interceptarte. Justo a vos. Y menos que el sujeto debajo del casco y detrás de las gafas oscuras, era el mismo que habías desairado hace un par de meses atrás. Craso error. Y lo pagaste, con creces...

Tironeé. Tironeé dos veces. Con la impunidad que me dió el actuar con sorpresa. Dentro de tu incredulidad intentaste retener tu bolso. Defender "lo tuyo", ja ja. Pero logré mi objetivo. Te ví caer. Y luego rodar por la acera. Yo, a fondo por la calle principal. Dos cuadras, y me perdí al doblar en la segunda esquina. Cuando pasé frente a la entrada del departamento aumentó mi odio. Y aceleré aún más. Para perderme, finalmente, entre las calles secundarias. Calles a las que la bonanza pareció no tener en cuenta, y definitivamente olvidó entre proyectos cajoneados.

Ahora vienen a mi cabeza esos recuerdos que no quisiera tener, pero que inevitablemente están, latentes como nunca, alimentados por el odio y la bronca que, ni siquiera lo hecho, alcanza a mitigar. Y me acuerdo del departamento que soñamos para los dos. Que indefectiblemente debíamos poner a tu nombre, por culpa de un divorcio no iniciado. De la negativa de mi ex a concederlo. De "mis" ansias por tener nuestro lugar, a pesar de todas las contrariedades.

Y también recuerdo las dudas que te asaltaban. De tu excelente performance en el rol de amada inocente. Ahora me río, pero sufrí. Sufrí tu indefinición. Y gocé cuando me diste el OK. Cuando me dijiste que me tirara a la pileta. Que lo comprara, nomás. Que lo ibas a decorar, con ayuda de un arquitecto que conocías de tus épocas de facultad. Y que me ibas a decorar la vida mucho más...

Sé que fuí un iluso. Un perfecto tonto. Pero debo admitir, en mi defensa, que no te había imaginado tan fría y calculadora. Esa fué una faceta de tu vida que conocí después. Que agregada a la que ya conocía, formaban tu entera y total personalidad. La jodida y la real.

Descubrir que me habías sido infiel fué un golpe muy duro. No estaba preparado para asimilarlo. Pero que eras capaz de estafarme, de re-venderlo, al toque, fué peor. Ya en las cuestiones económicas venía muy vapuleado. Mi ex no me daba respiro. Mis hijos, de buenas a primeras, se habían convertido en los hijos de Rockefeller. Por lo gastadores, digo. Pero lo tuyo, definitivamente, colmó el vaso. Y despertó toda mi ira.

Esta noche, por fín, creo que podré dormir. Me va a costar un poco conciliar mis sueños, pero no dudo que al final lo lograré. Haré mis cuentas, el alquiler de la moto, los gastos del buchón. Calculo que tendré, más o menos, sesenta y tres mil quinientas verdes razones para volver a dormir. Y una más que poderosa justificación para intentar olvidarte.

Ahhh, me olvidaba... El dinero para los gastos de la clínica, pedíselo a tu amigo, el arquitecto. O a quien vos quieras. Me tiene sin cuidado.

Georgie

13 comentarios:

Marcela, de Mujeres de 40 y más! dijo...

Auch! qué fuerte.

Me encantó. No tengo idea si es real o ficción (no veo la etiqueta) pero "mentes peligrosas" hay por doquier.

Gutó muchísimo.

Beso

Georgie dijo...

Debe ser ficción. Hoy en día no pasan esas cosas...

Besos.

Stella dijo...

A la flauta!!! Que historia!
El amor, el amor...cuánto dolor y cuánta alegría nos trae!!!
Y, a cierta altura de la vida, se hace tan dificil volver a confiar!

Muy buen relato, Georgie, real o ficticio, está muy bien escrito!!

Besitoo

©Claudia Isabel dijo...

Georgie, aplausos!!!
Tengo que decir, mi naturaleza es más fuerte, que no es tan de ficción...en la realidad ocurre esto y cosas peores, sólo que son tan terribles que cuesta creerlas!!!
Tengo un caso cercano, en el que él se quedó con todo, y encima ella puso un negocio con su plata y tuvo que cerrarlo porque el turro fue con sus abogados para despojarla también de eso ...
Te mando un beso!

Georgie dijo...

Stella,
Confiá. Es la única manera de volver a amar.
Eso sí, con precauciones. Acordate de la famosa frase que inmortalizaron Les Luthiers:
"La confianza mata al hombre...y embaraza a la mujer"

Claudia Isabel,
Es ficción. Aunque alguien deslizó alguna vez, que uno empieza a conocer a su pareja recién cuando se separa...

Georgie Albert

Marcela, de Mujeres de 40 y más! dijo...

Voy a buscar el post donde un caballero me dejó su vivencia personal.
Recuerdo ese mensaje perfectamente, porque se sintió muy mal porque su ex le hizo la vida imposible y llevándole casi todo su dinero y todo lo que pudo, arrasando a su paso.

Prometo buscarlo detenidamente y te hago llegar el link.
Ese caso fue verdad.


Me gusta cómo redactas...pero eso ya lo sabés. No dije nada nuevo.

Alma dijo...

Me has tenido en vilo hasta el final, muy bueno, conozco un caso parecido en la vida real, pero creo que con la venganza, ni se consigue olvidar, ni perdonar.

Besosos salados

Nadie dijo...

Maravilloso relato.

Al terminar de leerlo solo vienen a mi cabeza dos frases de saber popular, que es el más sensato de los saberes:
- Ladrón que roba a un ladrón tiene cien años de perdón.
- La venganza es el placer de los dioses.

. dijo...

ahhhhh pero yo hubiera hecho lo mismooooooo!!!!!
te juro, y como dijo nadie, esas dos frases, las comparto

yo soy del ojo por ojo, al menos en los pensamientos, no siempre he podido, pero .....y mirá, soy escorpiana, jajaja, asi que .... a tener cuidado!!!

un abrazo, georgie, el relato me encantó, excelentemente escrito, te felicito

besos
clau

Georgie dijo...

Marcela,
Leí en tu blog el comentario. Pobre tipo. Sin palabras...

Alma,
Casos debe haber muchos.
El vil metal todo lo puede...
Pudiste bajar el video? Ahora voy a visitarte y te chusmeo un poco, españolita...

Nadie,
Es por eso que el Ñato pudo esa noche volver a dormir...

Claudia,
Escorpiana? Como mi hija mayor, Juli. Buenísimos, pero no los jodamos...

Besos varios. Arrebatadísimos...
Las leo.

Alma dijo...

Visita mi blog, he dejado algo para tí.

Besosos salados

Anónimo dijo...

Esta es la enésima vez que comento en este post. 10 veces en fullblog y ahora me vine para acá.
Ya me olvidé lo que quería poner, pero básicamente era que más que ficciones parecen fantasías no concretadas, o si?

El Peruano Dorado dijo...

Georgie... te dejo el mensaje en este Blog, porque no me funcionaba el de Nemesio. Muy bueno el poema gauchesco de LA TRILLA. Tenés un talento enorme para las letras; Demian está encantado.
Un abrazo.

Patricio